«Toledo es nuestra Jerusalén, nuestra Roma»

Daniel Gómez Aragonés nació en Madrid en 1983 pero reside en la ciudad sagrada de Toledo desde hace más de 30 años. Es licenciado en Humanidades, posee la Suficiencia Investigadora y el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en el área de Historia gracias a un trabajo sobre el visigotismo en la Toledo de la Edad Moderna. En el año 2018 fue nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Daniel Gómez Aragonés

Ha colaborado con distintos medios de comunicación y participado en múltiples programas de radio como La Escóbula de la Brújula (Podium Podcast-Cadena SER), Espacio en Blanco (RNE) o SER Historia (Cadena SER), entre otros. Asimismo, ha publicado La invasión bizantina de Hispania 533-625, El Reino Visigodo frente a la expansión imperial, El esplendor del Reino Visigodo de Toledo, Vouillé, 507. El nacimiento del Regnum Gothorum de España, Historia de los Visigodos y, en la Esfera de los Libros, Bárbaros en Hispania. Suevos, vándalos y alanos en la lucha contra Roma. En la actualidad, compagina su actividad divulgativa con la realización de rutas y visitas guiadas en Toledo y Madrid, impartiendo conferencias y clases, y ejerciendo como bibliotecario.

¿Por qué Toledo?

Prácticamente se podría responder con otra pregunta, por qué no y cómo no, en el caso de Toledo. Estamos ante lo que se define en el libro y lo que se aporta en la contraportada, como nuestra Jerusalén, nuestra Roma. Es la ciudad de España más parecida o más similar, evidentemente salvando las distancias, con estas dos ciudades tan especiales, como es Jerusalén, Tierra Santa, y la Ciudad Eterna, Roma. Estamos hablando de que Toledo ha sido un gran referente político a lo largo de la historia de España y ha sido y sigue siendo, porque su catedral tiene el título de Primada, el corazón religioso de este país. Aparte, la historia, el mito, el símbolo, la leyenda, el legado de lo que ha sido y es Toledo son abrumadores. En segundo lugar, sintetiza perfectamente lo que ha sido esa historia, ese mito, esa leyenda, ese símbolo y ese legado de la historia de España. Yo creo que casi todos los españoles estaríamos de acuerdo en que si viniera alguien de fuera y le tuviéramos que recomendar una ciudad que resumiese de alguna manera lo que ha sido y lo que es España, creo que todos recomendaríamos Toledo por su significado. Entre las cuestiones que vamos a señalar y por supuesto el hecho de que yo tenga un vínculo muy profundo con la ciudad de Toledo, que es una ciudad a la que amo, por la que siento una profunda admiración y además cuando estás visitando su casco antiguo, si realmente no sientes algo, la piedra eres tú. Es una ciudad que, por decirlo de alguna manera, si tienes oídos, un alma y un espíritu abiertos, te habla completamente.

Panorámica de Toledo

A veces se suele olvidar el pasado romano de Toledo frente a otros períodos históricos. ¿Fue clave de alguna manera Toletum para las relaciones de la península con Roma?

Muy de acuerdo en el hecho de que se olvide en muchas ocasiones el pasado romano de Toledo, o que quede en un lugar muy secundario con respecto a otros períodos históricos. Los últimos trabajos e investigaciones arqueológicos están corroborando que la idea que teníamos de ese Toledo de época romana va mucho más allá de las ideas preconcebidas que se pudiesen tener. Evidentemente, no se puede estar hablando de una Mérida, de una Córdoba, de una Tarragona, pero sí de una ciudad muy importante y fundamental a lo largo de lo que fue la República romana y el Imperio romano. Si nos ponemos en perspectiva y pensamos que gran ciudad tenemos en el corazón de la península ibérica en época romana, en Hispania, esa ciudad más relevante, más sobresaliente, más especial, más particular, más significativa es Toletum. Y además lo fue durante la campaña de conquista de la Carpetania, de la lucha contra los carpetanos. Ya las fuentes romanas atestiguan que Toledo era una ciudad especial, singular dentro de lo que era la Carpetania y también fue muy importante en lo que fueron las campañas de conquista del resto del centro y norte peninsular. Evidentemente hubo un momento en que se transformó en ciudad fronteriza y eso lógicamente marca a una ciudad. Posteriormente, a lo largo del desarrollo del Imperio romano con toda la península ibérica, con toda Hispania conquistada sigue jugando un papel muy importante por su ubicación geográfica, pues era una zona que unía la calzada de Zaragoza y Mérida, las líneas comerciales que atravesaban el centro y corazón de la península y porque realmente fue una ciudad que seguramente todo lo que fue la adaptación o el paso del Alto al Bajo Imperio romano, no sufrió una crisis profunda a diferencias de otras, si no que supo adaptarse muy bien y que durante el Bajo Imperio romano va tomando una posición destacada en la configuración de la Hispania cristiana.

¿Qué importancia tuvo para la historia de España el III Concilio de Toledo celebrado en 589?

Es de una importancia máxima. Es algo determinante, es un hecho que marca la historia, el mito y la esencia de Toledo y evidentemente de España. Podemos decir sin ruborizarnos que si España ha sido y sigue siendo un país de esencia y tradición católica (sólo hay ver nuestra cultura, nuestro arte, muchos de nuestros nombres) es por el III Concilio de Toledo, por la conversión de Recaredo, por el paso del arrianismo, herejía cristiana que negaba la Santísima Trinidad, al catolicismo. Si España es un país católico, independientemente de las creencias o no creencias legítimas por supuesto que podamos tener los españoles en el siglo XXI, es por este III Concilio de Toledo y por Recaredo. Esto evidentemente es algo que marca, que deja huella, es algo que ya certifica y posiciona a Toledo en la configuración tanto política como religiosa de España.

Recaredo
Conversión de Recaredo, por Antonio Muñoz Degrain (1888)

¿Cómo cambió la fisionomía de la ciudad tras la conquista islámica?

Estamos ante un momento muy importante de la historia de Toledo y de España. Toledo en época islámica pasa a conocerse con el nombre de Tulaytula y evidentemente es un período que marca y define mucho. Gran parte del particular trazado que tiene hoy en día el casco histórico antiguo de Toledo, es una profunda herencia musulmana, es un hecho innegable y es algo que también puede apreciarse en muchos edificios y elementos de lo que es Toledo. Evidentemente hay un cambio porque Toledo en época romana y visigoda es una ciudad mucho más amplia, mucho más abierta que sigue los patrones marcados de grandes modelos como son Rávena o por supuesto Bizancio o Constantinopla, que eran los grandes modelos a seguir. Especialmente Constantinopla, que era la capital del Imperio romano de Oriente o del Imperio Bizantino. Poco a poco, a medida que se van desarrollando los siglos de dominación musulmana, cuando van pasando los diferentes procesos de emirato, califato, reinos de taifas, etc hay un repliegue de la ciudad hacia lo que es el peñón toledano. Se va abandonando lo que hoy en día se conoce como el yacimiento de Vera Baja, como hemos dicho hay un repliegue hacia la parte interior de la ciudad, la más alta, por supuesto bien protegida y fortificada y con su arrabal correspondiente que poco a poco también se va desarrollando. Este cambio también de alguna forma marca y define el desarrollo de la ciudad, lo que fue dar un paso atrás en lo que fue la ciudad romana y la ciudad goda para en este caso readaptarse a la realidad urbanística que la tradición musulmana demandaba, en esto hay que decir que Toledo lo cumple. Me gustaría hacer una pequeña apostilla porque es importante y es un cambio en los centros de poder político y religioso, como es evidente. Muchas de las iglesias se desmontan o pasan a ser ocupadas para la construcción o levantamiento de mezquitas. También sucede con los centros de poder político, valga la redundancia del anterior poder político visigodo. Hemos perdido mucho, por decirlo de alguna manera, de lo que sería esa ciudad visigoda seguramente por todo este cambio y este proceso porque también hay una profunda simbología de poder. Que mejor manera de reafirmar tu posición que utilizando elementos del poder anterior, es pura simbología, resulta muy lógico.

Otro evento clave para España dentro de la Reconquista fue la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085. Más allá de la ganancia territorial, ¿qué significado tuvo para los cristianos?

Tuvo un significado brutal, muy importante. Yo creo que hoy en día, no somos lo suficientemente conscientes de lo que supuso la reconquista de Toledo, el regreso de la cruz a la gran ciudad, a la Urbs Regia, a la ciudad sagrada, a la capital del reino visigodo. Era una significación muy profunda, algo que en nuestra mentalidad del siglo XXI no somos capaces de entender. Es algo que resonó tanto en el norte peninsular como en el sur musulmán, golpeó muy duro a los musulmanes y de hecho tanto almorávides primero como almohades después, uno de sus grandes objetivos fue recuperar de nuevo Toledo. Evidentemente, como sabemos por la historia no lo consiguieron. Pero es que esto traspasó las fronteras de la propia España, ya que en el resto de Europa también resonó la reconquista de la ciudad de Toledo. Y no solo fue importante en este sentido, también a nivel personal. El rey de León y de Castilla, Alfonso VI, sabemos que antes de la toma de Toledo, ya se había intitulado como Imperator totius Hispanae con todo el significado y simbolismo que tiene este hecho y siguiendo la tradición de los reyes asturianos y leoneses o parte de ellos, amparada en la tradición visigoda. Pero también tras la reconquista de Toledo, también se intituló como imperator toletanus. Esto no es meramente casual y accesorio, tiene un profundo significado, venía a corroborar su legítima posición, el que su reino o reinos estuvieran por encima del resto de territorios que ocupaban toda la península ibérica, toda España. Por lo tanto, esto es muy importante e insistimos, había recuperado la capital del regnum gothorum o regnum hispanae, toda una carga simbólica muy profunda. Sólo hay que ver que cuando necesita, de alguna manera, legitimar la sucesión en su hija Urraca I, ¿dónde lo hace? En Toledo. Por tanto, nada es casual.

Catedral de Toledo

¿Qué hay de cierto en la llamada «Escuela de Traductores de Toledo»?

Lo más importante es que definamos que fue la Escuela de Traductores de Toledo. Debemos indicar que ese concepto no se utilizaba en los siglos XI, XII o XIII, sino que se desarrolló muy posteriormente por los trabajos de algunos autores e investigadores franceses. La Escuela de Traductores de Toledo no es una escuela como a priori podríamos pensar o imaginar, estaríamos ante lo que podríamos definir como un movimiento cultural que estaba ligado principalmente al trabajo de traducción muy presente en la ciudad a lo largo de un período de tiempo muy prolongado. Esto supuso que muchos traductores se asentasen en Toledo, personas que manejaban árabe, latín, castellano, hebreo o griego. Podemos decir que la Escuela de Traductores tuvo dos grandes momentos, uno durante el reinado de Alfonso VII conocido como el emperador, de la mano de los arzobispos francos que habían llegado a Toledo y que habían ocupado un puesto en la catedral Primada desde la época de Alfonso VI, ya sea la figura de Bernardo y sobre todo en el ámbito de la traducción hay que destacar al arzobispo Raimundo. Y evidentemente el período de traducción de la época del gran rey castellano-leonés Alfonso X el Sabio. Es interesante porque aquí se produce un cambio, ahora la lengua principal de traducción es el castellano, lo cual es muy importante. Y también la especial vinculación que tuvo el propio rey, no en vano es conocido como “el Sabio”, en este caso con la traducción de distintas obras.

¿Hasta qué punto es verdad o no aquello que se suele decir de que Toledo fue la “ciudad de las tres culturas”? ¿Se trata de un mito edulcorado o tuvo cierta trascendencia?

Lo primero de todo es decir que sí, Toledo sí fue la ciudad de las tres culturas, el problema es que ese edulcorante se aplica cuando queremos trasladar conceptos propios del siglo XXI a épocas medievales. Cuando caemos en el presentismo, cuando hablamos de “tolerancia”, cuando se hace mención a prácticamente una visión del reino de los cielos donde cristianos, musulmanes y judíos vivían felices y comían perdices. Esto evidentemente no fue así. Pero sí fue una ciudad donde coexistieron y cohabitaron cristianos, judíos y musulmanes y si hablamos de Toledo como ciudad de las tres culturas, de las tres religiones, lo es porque tanto para cristianos, judíos y musulmanes podemos decir que Toledo fue una ciudad sagrada, una ciudad por la que vivir y morir, una ciudad por la que amar su conquista y llorar su pérdida. Y además porque se daba una coexistencia inconcebible en el resto de Europa y en otros lugares como el norte de África u Oriente Medio y que también ocasionó que tanto cristianos como musulmanes y judíos levantasen bellísimos edificios en esta ciudad.

¿Qué papel desempeñó Toledo durante la Guerra de las Comunidades contra Carlos V?

Estamos ante uno de los grandes episodios de la historia de Toledo, uno de los mayores hitos y que es clave. No se puede entender la Guerra de las Comunidades ni a los comuneros sin Toledo. Es fundamental, porque el movimiento comunero nace y muere en Toledo. Hemos caído en el error de centrar o focalizar el V centenario de los comuneros en el año 2021 y no es así. El V centenario de los comuneros abarca 1519, 1520, 1521 y 1522 porque Toledo no se rinde hasta febrero de 1522 y el perdón de Carlos V no se da hasta el otoño de ese año, por lo que es un dato muy importante. Y en cuanto al peso de Toledo queda personificado por dos grandes figuras, hay muchas más, pero nos centraremos en dos, un hombre y una mujer. En este caso el capitán de la hueste toledana, el capitán comunero, el ilustre Juan de Padilla, que como todos sabemos luchó en la batalla de Villalar y fue ajusticiado al día siguiente (la batalla de Villalar acaeció el 23 de abril de 1521) y por supuesto como decía anteriormente, su mujer María Pacheco, conocida como “la leona de Castilla”, un personaje espectacular, de película, muy interesante. Por tanto, estamos ante un gran episodio de la historia toledana y no podemos entender la Guerra de las Comunidades, ese enfrentamiento entre determinadas ciudades de Castilla contra una política que favorecía a los extranjeros en contra de los intereses de determinados castellanos, sin la ciudad de Toledo por supuesto.

Ejecución de los comuneros de Castilla, por Antonio Gispert Pérez (1860)

¿Qué motivos movieron a Felipe II a la hora de trasladar su corte de Toledo a Madrid?

Es preciso señalar que el siglo XVI es uno de los grandes siglos de Toledo, no sólo por la cuestión de los comuneros como ya hemos señalado, sino porque es la época de Carlos V, de Felipe II, es un período de gran desarrollo urbanístico, de imponentes construcciones, de un importante crecimiento social, económico y poblacional. Toledo en el siglo XVI llega alcanzar, especialmente a mediados de siglo, la cifra de ¡más 50.000 habitantes! Hay que tener en cuenta que actualmente es una ciudad que no llega a los 90.000. En torno a 1560-1570 estamos hablando de más de 50.000 habitantes, que es una barbaridad. Pero para focalizar un poco la pregunta, hay que tener en cuenta que la corte del emperador Carlos V ya había generado algunos problemas o roces con los propios toledanos, todo lo que suponía la llegada de embajadores, delegados, etc en una ciudad con una estructura de una tradición marcadamente medieval. No tenemos una única razón, un motivo o un documento que certifique porque en mayo de 1561 salió la corte de Felipe II de Toledo para no regresar jamás. De hecho, nadie se esperaba que eso fuera a ser así, en el sentido de que la corte nunca más volviese a Toledo. Pero si tuviéramos que establecer una serie de motivos, podríamos decir, por un lado, el poder y la fuerza que ejercía la iglesia toledana, ya que había habido roces con esta institución, con la catedral Primada, con el arzobispo, etc. Por otro lado, las quejas de los propios cortesanos, que no se iban a dar en Madrid. Esta ciudad ofrecía una serie de respuestas positivas a las demandas que tenían. Luego además todo lo que sabemos sobre Madrid, su vínculo con el agua, el hecho de tener caza muy cerca y otra serie de factores como lógicamente el ser mucho más llano. El clima de Toledo tampoco era del gusto ni de los cortesanos ni de la familia real, determinadas enfermedades que algunos miembros de la corte y familiares del propio rey sufrieron en Toledo y también la actitud de muchos toledanos que suponía esa fricción entre cortesanos y vecinos de la ciudad imperial. A grandes rasgos, podemos enumerar esta serie de motivos que derivaron en el traslado de la corte de Toledo a Madrid.

Avanzando un poco más, un acontecimiento cargado de simbolismo durante los inicios de la Guerra Civil española fue el asedio al Alcázar de Toledo ocurrido entre julio y septiembre de 1936. ¿Fue este hecho crucial para el ascenso del general Francisco Franco para la obtención del mando único?

Lo primero que hay que señalar es que el edificio más simbólico de toda la Guerra Civil, de toda esta terrible contienda fraticida en España, no sólo en Toledo, es el Alcázar de Toledo. Yo creo que en eso todo el mundo está de acuerdo. Y sí, la verdad es que tuvo muchísimo peso, por un lado, no es casual el desvío del ejército de Franco a Toledo. Toledo era un símbolo, que por supuesto después el régimen y la dictadura manipuló y adaptó a su gusto. Pero Toledo tenía ese toque simbólico que proyectaba el interés de Franco, aparte del vínculo especial de la ciudad, de querer evitar que el Alcázar cayese y que la ciudad quedase en manos republicanas. El éxito que tuvo la resistencia nacional y después el auxilio proporcionado por el ejército de José Enrique Varela fueron muy importantes. Los defensores del Alcázar fueron condecorados, el coronel Moscardó fue ascendido y esta liberación del Alcázar, como se dice en el libro, de alguna manera facilitó el hecho de que Franco quedase como líder absoluto de lo que era el bando rebelde y que además obtuviese el rango del generalísimo. Por lo tanto, no fue algo accesorio en la carrera militar de Franco, en lo que fue la Guerra Civil y desde luego tampoco lo fue en el futuro de lo que significó posteriormente para la historia de España.

Imagen del Alcázar de Toledo semidestruido durante la Guerra Civil. Fuente: Revista Asambleadigital

¿De alguna manera sigue permaneciendo Toledo como la “capital espiritual de España” en el imaginario colectivo?

Quisiera pensar que sí, al fin y al cabo, las más de 700 páginas del libro tratan de aseverar, certificar y demostrar que esto es así. Evidentemente que hablemos de Toledo como capital espiritual de España, como se señala en el epílogo, no quiere decir bajo ningún concepto que Madrid tenga que dejar de ser la capital de España y pase a serlo Toledo, no. La capital política, administrativa, por peso, por población, evidentemente tiene que ser y seguir siendo Madrid, eso es así. Pero en el ámbito de la identidad, la tradición, la esencia, lo que es ese componente espiritual, por historia es Toledo. Los conceptos de nuestra Roma, nuestra Jerusalén, no son de cara a la galería, no son meras etiquetas, no. Es algo que está grabado en la esencia y en la historia de la ciudad de Toledo. Por lo tanto, esperemos que en ese imaginario colectivo español, Toledo se mantenga como capital espiritual de España y aquel que no lo vea así, que termine de verlo. Si me permites, voy a tomar las palabras del gran Lope de Vega que decía: “Al fin Toledo, insigne ínclita fuerte Toledo la imperial, la ciudad noble, la cabeza de España, aquella antigua famosa corte de los reyes godos, que como el corazón es en el cuerpo, el centro y principio de la vida, así es Toledo corazón de España”. Si lo dice Lope, va a misa.

Por último, ¿en su opinión cuáles son los retos actuales que afronta Toledo como ciudad y capital de Castilla-La Mancha?

Hay que tener en cuenta que Toledo, o al menos quiero verlo así, apunta a cierto dinamismo, se acaba de inaugurar el que se considera el hospital más grande de Europa, el espectacular parque de contenido histórico Puy du Fou, es una ciudad en crecimiento económico y poblacional por su cercanía a Madrid, por su condición de capital de Castilla-La Mancha que evidentemente son factores que juegan a su favor. Yo creo que Toledo por un lado, a nivel político, social, administrativo tiene que seguir avanzando, seguir dinamizándose, no debe apoyarse exclusivamente en el turismo pero sí que sea un motor fundamental y que ese turismo este bien gestionado, bien planificado, que haya una interiorización correcta sobre cómo debe de ser esta actividad, más visitante que turista por decirlo así (siempre he defendido más este término que el de turista), que la historia de Toledo sea el mejor marketing que tiene esta ciudad a todos los niveles, que sirva como el mayor foco de atracción hasta incluso para inversiones, etc. Y que nos terminemos de habituar a lo que nos hemos estado refiriendo, a las tres culturas, al Greco, … por supuesto Toledo es esto, pero también es muchísimo más. Y Toledo, como digo en el índice del libro, es una ciudad en tiempos de democracia que debe mirar al futuro sin olvidar su pasado. Yo creo que esta cuestión es muy importante tenerla en cuenta, saber que Toledo tiene que ir hacia delante pero ojo, no olvidar todo lo que tiene a sus espaldas, es una responsabilidad para Toledo y los toledanos pero también para la gente que visita esta ciudad, porque Toledo es nuestra Jerusalén, nuestra Roma. No lo olvidemos, fuerza y honor.

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