Olympe de Gouges, la filósofa de su sexo

El político del romanticismo francés, Alphonse de Lamartine, denominó a las mujeres revolucionarias de 1789, “filósofas de su sexo”, un sexo femenino que, mientras se enterraba el Antiguo Régimen francés, reivindicaba los mismos derechos y libertades que la otra mitad de sus compatriotas, varones, cuya razón ilustrada solo reivindicaba a una parte de la sociedad.

Olympe de Gouges

Aquellas mujeres de la Revolución francesa abandonaron el hogar ‘rouseniano’ para luchar cuerpo a cuerpo contra la injusticia, se parapetaron tras las barricadas, encabezaron marchas populares, ocuparon la tribuna de oradores para hablar de cambios, y al calor de los clubes femeninos creados por ellas mismas debatieron sobre derechos y libertades. Otras aprovecharon su mente ilustrada, su intelecto y su arte con la escritura para quejarse y para reivindicar que ellas también querían formar parte de aquel momento histórico del que estaban siendo usurpadas por razón de su sexo.

El protagonismo que jugaron aquellas mujeres en aquel momento clave de la historia de la humanidad fue olvidado por la historiografía hasta que el feminismo rebuscó en la historia. Durante el II Centenario de la Revolución francesa surgieron biografías de mujeres volcadas en la actividad pública y el cajón de su memoria se abrió. Olympe de Gouges salió de él y vio la luz. En 1791 intentó despertar del letargo de la desigualdad a sus coetáneas con su Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana.

Mujer del Siglo de las Luces

Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges, nació en una pequeña ciudad de la región francesa de Occitania, Montauban, en la primavera de 1748. Sus orígenes no están claros. Desde hija de unos humildes carniceros, a fruto de una relación entre una comerciante de tejidos y un poeta, hasta la hija natural del rey Luis XV. Enviudó siendo una veinteañera y con un hijo en los brazos y sesenta mil francos en el bolsillo, se mudó a París donde fijó su residencia cerca de la iglesia de Saint Sulpice.

Mujer de letras, compuso cerca de treinta obras de teatro, novelas, folletos y artículos de prensa que escribía para el periódico L’Impatient, del que fue directora. Entre sus escritos destacó ‘La esclavitud de los negros’ donde plasmó su rechazo a esta execrable práctica extendida en las colonias francesas por parte de la alta aristocracia. Su rechazo a la pena de muerte le llevó a defender al rey Luis XVI. Su sentido de la justicia le instó a pedir la abolición de la mendicidad y la creación de talleres públicos para minimizar la miseria de quienes carecían de trabajo. Su razón ilustrada le dio la oportunidad de sacar a la luz su condición de ciudadana de pleno derecho.

A pesar de su prolífica actividad con la pluma y su elevada cultura demostrada en sus escritos, no faltaron en su época testimonios que aseguraban que Olympe era analfabeta, afirmación que según M.Teresa Arias Bautista, habría que poner en cuarentena pues no era extraño que mujeres que sobresalieron en el Siglo de Las Luces fueran desprestigiadas por sus iguales masculinos, y en el caso de Olympe de Gouges más aún por su activismo social. El uso que hizo de secretarios “tal vez pudiera deberse a la rapidez con que fluían sus ideas”, y éstas brotaban sin cesar.

“Pelearé con voz y pluma”

Ideológicamente moderada, cercana al partido de los girondinos, enemiga de jacobinos y franciscanos, fue tachada de fanática realista y de vendida al Gobierno. Defensora en un primer momento de la monarquía constitucional, tras la decepción que para ella fue la huida del rey Luis XVI, se hizo republicana. Su compromiso con la igualdad de las mujeres de su tiempo le hizo abandonar la carrera de dramaturga para pelear con su voz y pluma en la consecución de los mismos derechos y libertades que los hombres. Haciendo gala de una excelente oratoria, de una personalidad arrolladora, de un gran entusiasmo, y de una osadía sin igual para su época, consiguió remover conciencias entre los unos y las otras. Defensora de la causa de las mujeres, estaba convencida que de la unión nacería la fuerza y con ella el cambio de rumbo. “Ciudadanas, ¿no fuera ya tiempo de que se hiciera también entre nosotras la revolución? ¿Permanecerán las mujeres eternamente aisladas entre sí?”. Olympe de Gouges está considerada una de las primeras feministas de la historia.

“Mujer, despierta”

“Mujer, despierta (…) reconoce tus derechos”. La Revolución había utilizado a la mujer en sus consignas para luego olvidarla en sus postulados. Ese fue el sentir de Olympia de Gouges y con aquel grito hizo público en 1791 la Declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana. Diecisiete artículos y un epílogo donde reclama para ellas los mismos derechos que los hombres se habían dado de manera exclusiva para sí en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789. “La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos”; “El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es más que la reunión de la mujer y el hombre” (Artículos I y III). Olympe de Gouges reclamó el sufragio universal, el derecho a las mujeres a ser elegidas para los cargos públicos según sus capacidades. Reivindicó la libertad de expresión, “si la mujer tiene derecho a subir al cadalso, también debe tener el derecho a subir a la tribuna”, llegó a decir de manera premonitoria.

Declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana (1791)

La ‘igualdad’ del cadalso

Su voz se hizo incómoda. No solo defendía lo que creía justo para las mujeres. No se calló al defender al rey recomendando su destierro en vez de su asesinato. No tuvo reparo en defender un plebiscito para elegir entre una república, una federación o una monarquía, sino que criticó sin freno a quienes podían borrar toda su existencia. De Maximilien de Robespierre, líder de los jacobinos radicales y miembro del Comité de Salvación Pública, principal órgano de Gobierno del país durante el periodo conocido como el Terror, llegó a calificarle como “animal anfibio, sugiriéndole que se sumergiera en el Sena (M.Teresa Arias Bautista). El 25 de julio de 1793 fue arrestada y condenada a muerte por sedición. Diez días después se convirtió en la segunda mujer, después de la reina María Antonieta, en ser guillotinada.

Olympe de Gouges en el currículo de historia de la Filosofía

Tras su muerte, las diferencias naturales entre hombres y mujeres, defendidas por intelectuales ilustrados de la talla de Rousseau, triunfaron. Los derechos de las mujeres reivindicados por Olympe de Gouges, volvieron al cajón de la memoria hasta que en febrero de 1848 volvió a abrirse en la llamada Primavera de los Pueblos, revoluciones sociales que agitaron Europa, donde las mujeres volvieron a las barricadas exigiendo su emancipación e igualdad.

En España, tras ocho leyes educativas, se abre el cajón curricular para dar a conocer la contribución a la sociedad de ocho pensadoras. Hasta ahora, ninguna mujer había sido objeto de estudio en la asignatura de historia de la Filosofía que se imparte en Bachillerato. La Lomloe dará la oportunidad a Olympe de Gouges de ser un referente en la lucha por la igualdad.

Lamartine, ante el ayuntamiento de París, se niega a la utilización de la bandera roja, a 25 de febrero de 1848 durante la Primavera de los Pueblos

Bibliografía:

Arias Bautista, María Teresa, Revista internacional de Culturas y Literatura. Universidad Complutense, 2012.

www.olympedegouges.paris

www.mujeresenlahistoria.com

Foto de portada de @francediplo_ES

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