Francisco Bilbao y Latinoamérica, un término colonial

El chileno apadrinó en 1856 el término Latinoamérica del que renegó años más tarde (1863), cuando su francofilia naufragó ante el colonialismo francés.

Iberoamérica
Ibero o hispano américa hacen referencia a los países con influencia íbera o hispana (España y Portugal).

La “desespañolización”

Los Estados nación hispanoamericanos resultantes de la implosión de la Monarquía Católica y el fracaso de la nación de “españoles de ambos hemisferios” de la Constitución española de 1812, necesitaron crear relatos de nación para legitimarse. En ellos, fue clave transformar las guerras civiles de independencia en guerras de liberación nacional frente a una España convertida en tétrica caricatura, y causante de los males de las nuevas repúblicas. Esta interpretación del pasado conllevó una conflictiva relación con su propia historia e identidad, y con España, lo español y los españoles. Buen ejemplo fue la “desespañolización” pedida por numerosos intelectuales decimonónicos, como camino de libertad y progreso. 

En Chile, destacó Francisco Bilbao Barquín (Santiago, 1823) legista, “filósofo revolucionario americano, ideólogo espiritualista cristiano, socialista y republicano, activista antimonárquico y anticlerical, en particular antijesuita, masón y propagador de la leyenda negra”  (Filosofía.org). De resultas lo cual pasó media vida exiliado, dando tumbos por Argentina, Francia y Perú. En sus artículos, panfletos y libros, buscó crear las bases de la “civilización americana”, lo que creyó conseguir un año antes de morir en Buenos Aires, en El Evangelio Americano. Aunque su principal hito fue usar por vez primera: “América latina

El destino manifiesto francés

El fin de la vieja Monarquía abrió un siglo dominado por Reino Unido y Estados Unidos, que se lanzaron por los restos del naufragio. El panlatinismo, popular en Francia especialmente durante el II Imperio (1852-70) proponía reunir las naciones de lengua romance, y tuvo en el miedo frente a la preponderancia anglosajona uno de sus principales argumentos.

Chevalier

El economista Michel Chevalier (1806-79) en la introducción de Lettres sur l`Amèrique du Nord (1836) y en Des Intérêts matériels en France (1837), best-sellers en su época, fue el primero en formular la idea de que la Europa no eslava y América estaban divididas en un bloque latine (católico y de lengua romance) y otro teutonique (protestante y germánica), y que Francia debía liderar el primero para evitar ser arrollados por los teutónicos: “La France est depositaire des destinees de toutes les nations du groupe latin dans les deux continents” (introducción a Letters, pág. XIII).

Chevalier fue uno de los ideólogos de la política exterior del imperio de Napoleón III (1852-70), y particularmente de la intervención en México (1861) que en Le Mexique ancien et moderne (1863) justificó, entre otros, por la debilidad de los latinos americanos derivada de la intolérance española, base del “funeste système importè par les Espagnols en Amérique”.

Lammenais

Más influyente que Chevalier, el filósofo Félicité Robert de Lammenais (1782-54) también fue destacado panlatinista, y fundador del efímero Comité Latino de París (1851); pero Lammenais ligaba la “latinidad” a los valores republicanos franceses, por ello, tras el golpe que liquidó la II República (1851) e inició el imperio del supuesto sobrino de Napoleón, vio en las repúblicas hispanoamericanas la esperanza del “bloque latino”. Así lo escribió en una carta (1853) a su discípulo Bilbao, a quien conoció durante su primer exilio en Francia (1845-1849). 

Así pues, el panlatinismo tuvo múltiples facetas, pero su base fue la Leyenda Negra, la idea de que el ethos español era nefasto, había “contaminado” a las naciones hispanoamericanas y que lo francés podía salvarlas, por lo que Hispanoamérica debía reconocerse como “latina”. Esta extensión de la grandeur fue acogida por gran parte de las élites “desespañolizadoras”, especialmente en el Cono Sur. 

América Latina

Hijo del comerciante y político Rafael Bilbao Beyner, tras escandalizar al Chile de su época con el artículo Sociabilidad chilena (1844), en el que mostraba la hispanofobia, la catolicofobia y la francofilia que serán la base de su pensamiento; Francisco Bilbao dejó América para estudiar en Europa. Durante su primera estancia en Francia (1845-50) se codeó con lo mejor de la intelectualidad gala; asistió a clases de Chevalier en el Collège de France y colaboró con Lammenais; de vuelta a Chile, su participación en el golpe de Estado contra el presidente Manuel Bulnes (1851) le llevó a Perú, donde siguió enredando y tras ser expulsado, volvió a Europa (1855). 

Como Chevalier, Bilbao califica de “latina” a la América española, así en El mensaje del proscrito a la nación chilena (Guayaquil, 1854): “la América bajo su doble aspecto de latina y sajona”, o en el artículo Mouvement social des peuples de l’Amérique Méridionale, son caractère et sa portée (publicado en La Libre Recherche de Bruselas, 1855): “(América) saxon comme dans le Sud latin et indigène”; y como Lammenais, cree que su unidad, bajo los valores de la Francia republicana: “la Minerve de l`humanité”, es su salvación frente a tres relevantes peligros: la reacción europea, el catolicismo y el expansionismo anglosajón.

El desembarco en Nicaragua del flibustero estadounidense William Walker (1855), que antes había intentado “independizar” Baja California y Sonora de México (1853-54), planeó sobre la reunión en junio de 1856 de unos treinta hispanoamericanos residentes en París, que demandaron la unidad de la América del Sur. El 22 de junio Bilbao leyó una conferencia La Iniciativa de la América, publicada como folleto dos días después por la editorial D’Aubusson y Kugelmann, con el título Iniciativa de la América, idea de un congreso federal de las repúblicas, que es el primer documento donde aparece la expresión “América latina”:

«Pero la América vive, la América latina, sajona e indígena protesta, y se encarga de representar la causa del hombre (…) Tenemos que desarrollar la independencia, que conservar las fronteras naturales y morales de nuestra patria, tenemos que perpetuar nuestra raza Americana y Latina, que desarrollar la República, desvanecer las pequeñeces nacionales para elevar la gran nación Americana, la Confederación del Sur»

En esa reunión es posible que estuviera el colombiano José María Torres Caicedo (1830-1889), al que también se le suele atribuir también haber utilizado por primera vez esta expresión, en su poema Las dos Américas, aunque es claramente posterior, pues se publicó en Francia, en “El correo de ultramar” en 1857, y se indica que fue compuesto en Venecia el 26 de septiembre de 1856.

América

Atrás la Francia

En 1857 Bilbao se instaló en Buenos Aires. Fundó La Revista del Nuevo Mundo, organizó un club literario (1858), dirigió el periódico El Nacional Argentino de Justo José de Urquiza (1859) y la logia masónica “Unión La Plata” (1860). La expedición francesa a México (1862) bajo la bandera del “latinismo”, provocó que Bilbao rechazara el término América Latina, denunciando el latinismo como herramienta al servicio de la Francia imperial y colonialista, sepulturera de la republicana, y reclamando la unidad americana alrededor de una ideología propia. Así, sumó a la “desespañolización” la “deslatinización”. En 1862 publicó América en peligro, que dedicó a sus maestros Edgardo Quinet y Julio Michelet, exprofesores del Colegio de Francia, en el que usa una vez “América Latina”, idea y término de la que abomina radicalmente en el artículo Emancipación del espíritu en América (1863):

«Nuestros padres (…) nos enseñaron el francés, y el conocimiento de este idioma es lo que perpetúa la influencia fantasmagórica de Francia. Creemos que es la más bella de las lenguas! Así que no leemos sino libros franceses. Resulta pues que llegamos hasta inficionarnos de las pasiones, odios, preocupaciones y errores de esa nación vetusta. Pero ha llegado la hora de despertar. Es necesario arrancar el error y libertarnos del servilismo espiritual de la Francia.

“Atrás pues la Francia, -¡Atrás la Francia civilizadora que ahoga tribus en Argelia, que saquea el palacio de Pekín, que viola el derecho de gentes en Roma, que conquista en nuestros días! ¡Atrás la Francia de Orizaba y Acapulco! En Orizaba la más infame traición, en Acapulco el más cobarde bombardeo. Atrás la Francia imperial, personificación de la hipocresía y de la perfidia; hipócrita, pues se llama protectora de la raza latina para someterla a su régimen de explotación»

En 1864 publicó El Evangelio Americano, primer paso para la creación de “la Biblia americana, el libro americano, el Corán o lectura americana”, y en el que encontramos muestras de la hispanofobia propia de la época, con afirmaciones tales como:

«La raza española es inferior en inteligencia a las razas Europeas; ó si se quiere, su superstición ha hecho que lo sea. La forma de su frente revela más bien la fortaleza de la tenacidad que la habitación de la inteligencia. El español es dado á la sensación, á la pasión, á la imaginación, no a la razón. No cuenta un solo gran nombre en filosofía, en la gran poesía, en la política, en las ciencias. La humanidad no le debe un sistema, a no ser el de Ignacio de Loyola, una escuela, una teoría, ni ninguno de los grandes descubrimientos industriales ó científicos» (pág.46)

Fue su testamento político. En febrero de 1865, pocas semanas después de su hijo recién nacido, al que puso el nombre de Lautaro, Bilbao murió.

Bienvenue dans la francopohonie

La idea de que Hispanoamérica debía pasar a ser “latina”, y que Francia debía sustituir a España como puente entre la vieja América española y Europa, sobrevivió a los ideólogos de la “latinidad” y a la Francia colonial napoleónica; y “América Latina” terminó por sustituir a América española, Hispanoamérica o Iberoamérica.

Y hasta nuestros días, gracias a los complejos de los hispanos de ambos lados del Atlántico, que asumimos la «mirada» que sobre nuestro mundo proyectaron otros, y a la buena autoestima gala, reflejada por ejemplo en el éxito de la Organización Internacional de la Francofonía, «eje de actuación de la diplomacia francesa«, a la que hoy pertenecen República Dominicana (2010) Uruguay (2013) Costa Rica y México (2014) y Argentina (2016).  Y ello a pesar de que uno de los objetivos de la organización, plasmado en el «Plan para impulsar la Francofonía», presentado por Emmanuel Macron en 2018, es desbancar al español como lengua global, haciendo al francés la tercera lengua más hablada, tras el inglés y el mandarín.

Bibliografía

Bilbao, F. (1852) Iniciativa de la América, Impr. de d´Aubusson y Kugelmann

https://curiosity.lib.harvard.edu/latin-american-pamphlet-digital-collection/catalog/43-990040617310203941

Bilbao, F. (1865) Obras completas, Edición por Manuel Bilbao, Buenos Aires.

García San Martín, Á. Francisco Bilbao, entre el proyecto latinoamericano y el gran molusco

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-85742013000100007#notas

Sobre la expansión del término América Latina: 

Fortunata y Jacinta; Fragmento 009 (29 julio 2020)

En Filosofía.org:

Francisco Bilbao Barquín (1823-1865)

http://www.filosofia.org/ave/001/a299.htm

Torres Caicedo, J.M. Las dos Américas

http://www.filosofia.org/hem/185/18570215.htm

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