¿Qué es un Estado? ¿Qué o quiénes conforman un país? ¿Qué es exactamente un nación? Habitualmente se aplican Estado, Nación y País como sinónimos, esto se debe a que estas tres definiciones comparten entre sí un gran número de aspectos, pero es erróneo utilizarlos de esta manera.

Estados
Estados actuales del planeta.

Al igual que en un Diagrama de Euler, estos tres términos se entremezclan y comparten muchos puntos, esto implica que no se puede argumentar que son sinónimos ya que  cada uno de estos términos establece sus bases y sus pilares en elementos diferentes.

Estado

Este es posiblemente el término de los tres más objetivo y más encorsetado. Un estado se establece dentro de unos límites geográficos, y está conformado por instituciones políticas que se rigen por un mismo marco legislativo y administrativo, siendo en muchos casos la Constitución su principal corpus legislativo. Esta definición establece de una manera muy clara qué es un estado y qué no lo es. España, Portugal, México o Australia son estados, pero también Texas o el estado de Quintana Roo lo son. Aquí debemos detenernos y hacer una subdivisión entre Estado Soberano o Estados que se encuentran asociados entre sí. La cuestión soberana es fácil de plasmar y de entender, un estado soberano es aquel que pose libre y total independencia política y económica y que por lo tanto no debe rendir cuentas ante ningún ente superior (no entramos aquí en cuestiones en entidades supranacionales como la ONU o la OTAN…etc). Por otro lado se encuentra la libre asociación de estados, el ejemplo más claro de esta cuestión es sin duda alguna los Estados Unidos de Norte América, que ya en el nombre nos lo muestra. La idea principal de la libre asociación es que estados que comparten historia, cultura o simplemente intereses en común ceden parte de su independencia y soberanía en pos de obtener una mayor fortaleza. La descentralización estatal está altamente relacionada con esta materia. El nacimiento del estado moderno surge en el siglo XVII con el Leviatán de Hobbes y las aportaciones de Locke del Estado Liberal, pero no será hasta finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX cuando nazca el Estado moderno, sustentado en la Constitución y en las ideas de Estados Unidos y Francia, surgidas al calor de sendas revoluciones

País

Sin duda alguna país y estado, son prácticamente idénticos en su definición. La idea de país es ligeramente más ambigua y puede desechar o recoger elementos que el Estado no abarca. Así como el estado se sustenta en torno al marco normativo y jurídico, la idea de país se sustenta sobre esto mismo, pero a su vez incluye la cuestión histórica de una manera más patente. Debemos hacer aquí un alto y desgranar como hay regiones que reciben el apelativo de país pero que carecen de independencia política y administrativa. El caso más famoso es la región española del País Vasco (Euskadi), esta comunidad se integra dentro de España y por lo tanto no es un país independiente, ni goza de todas las libertades de un país soberano. Es en este punto donde chocan las definiciones de País y Estado ya que no todos los Países son Estados. La cuestión de ser nombrado y reconocido como país es capital para aquellas regiones con aspiraciones independentistas.

Nación

Este es el punto donde las fronteras son más difusas, pues la idea de nación es el elemento más discordante entre todos. La nación emana directamente de la idea de pueblo, de conjunto histórico, cultural, o incluso religioso. Las naciones no tienen necesariamente que entrar dentro de unos límites geográficos. Nación es un término polisémico y vaporoso a lo largo de la historia. En la nación política que se configura durante el siglo XIX se debe incidir en este momento en la soberanía nacional, pues es en el pueblo, que está integrado dentro de unas fronteras físicas, donde reside el poder (que se ejerce  a través del gobierno que es quien rige el Estado). El apelativo nación está muy presente en la cuestión política y administrativa de los estados, un caso muy relevante es el de la Constitución Española que dice en su Artículo 2:

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Pese a estar presente en la Carta Magna española y de otras tantas, no se nos explica y define de una manera clara que es una nación y ni mucho menos quien la compone. Esta ambigüedad, sumada a la ambición soberanista e independentista ha alimentado el nacionalismo. El nacionalismo ha marcado la pauta política del último siglo y medio, principalmente en el plano europeo, pero también de otros muchos Estados. Aquí se debe hacer especial hincapié en los diferentes tipos de nacionalismos:

Nacionalismo integrador: Es aquel que busca unir e integrar a todas las personas dentro de una nación.

Nacionalismo desintegrador: Profundamente excluyente, busca apartar y retirar a aquellos individuos que no cumplen rigurosamente las características que conforman a la nación. Características físicas comunes, hablar una lengua determinada, haber nacido en un lugar específico, o compartir una historia común (tanto real como ficticia). Este nacionalismo es profundamente xenófobo, racista y hasta en algunos casos es proclive a la eugenesia, lo que implica cuestiones de pureza de sangre.

Por lo tanto vemos como la definición de nación se desdibuja absolutamente y es harto complejo establecerla.

Con esto vemos como las naciones pueden conformar países que a su vez están integrados dentro de un Estado. Podemos ver como Estados Unidos entre sí dan lugar a un estado más grande. Podríamos seguir jugando a ver como se conforman los Estados, los Países y las Naciones, pero lo que está claro es que no podemos usarlos como sinónimos.

Referencias

Constitución Española 1978

Diccionario de la Real Academia de la Lengua