Salvador Fontenla Ballesta: «Franco era consciente que ni España ni sus ejércitos, después de la guerra civil, estaban en condiciones de entrar en otra guerra»

Salvador Fontenla Ballesta (Huércal-Óvera, Almería, 1946) es general de Brigada en la Reserva. Destinado como teniente en el Tercer Tercio de La Legión y en la III Bandera Paracaidista en el Sáhara Español, participó en las operaciones con motivo de las agresiones de la Marcha Verde y del Frente Polisario. Posteriormente, estuvo destinado como capitán en en el Primer Tercio de la Legión y de comandante en el Estado Mayor del mando de La Legión y en el de la Brigada Paracaidista. Como teniente coronel fue jefe de la plana mayor de la Agrupación Táctica Málaga, primera expedición que participó en el conflicto de los Balcanes. Fue coronel segundo jefe de la Brigada Paracaidista en Bosnia-Herzegovina y después jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Acción Rápida.

Ascendido a general de Brigada, mandó la Brigada Paracaidista hasta su pase a la Reserva. A su vez, también es diplomado de Estado Mayor y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado numerosas obras tales como Los campos de batalla del futuro (2007), Diccionario militar moderno (2006), Los combates de Krasny Bor (2012), Las primeras acuñaciones africanas a nombre de Abderrahman III (2013), La Guerra de Marruecos (1907-1927), Historia completa de una guerra olvidada (2017) y Franco, caudillo militar (2019), el cual es el objeto de esta entrevista.

Salvador Fontenla Ballesta

¿Cómo le impactó a Franco la vida ‘libertina’ de su padre durante su infancia y adolescencia?

No tenemos referencias directas sobre este particular, por lo que debemos recurrir a especulaciones posteriores.

Definir la vida de su padre como “libertina” es exagerado, para aquella época y para ésta. Los destinos en ultramar, muy lejos de la metrópoli y por largos períodos de tiempo, era habitual que propiciara un relajamiento de las costumbres peninsulares más estrictas. Máxime teniendo en cuenta que en aquellos territorios había más libertades sexuales.

Por otro lado, sí sabemos, que su padre tuvo una conducta profesional intachable, que no concuerda en absoluto con el concepto de “libertino”.

Lógicamente, al abandonar su padre el hogar familiar, los hijos tuvieron más apego a la madre. Sin embargo, la conducta de los hermanos fue menos austera, en todos los sentidos, que la del futuro Caudillo.

¿De qué manera influyó la campaña de Marruecos en la forja de su carácter?

Determinante. Para él y para toda una generación de militares.

Casi veinte años de duro guerrear, en territorio inhóspito y ante un enemigo correoso, marcaron el carácter de todos los llamados “africanistas”, de los que Franco es uno de sus miembros más destacado.

La definición de africanista, siguiendo las ordenanzas militares, es aquel que siempre acude a los sitios de mayor riesgo y fatiga.

Franco en Marruecos

¿Cómo fue su relación con Millán Astray?

Podemos diferenciar dos épocas.

La época legionaria, en la que Millán Astray contó con él para organizar y adiestrar al Tercio de Extranjeros. Entonces las relaciones fueron estrechas y excelentes, dentro de la disciplina militar.

Ya con Franco como jefe del estado y Millán Astray retirado y muy mutilado, las relaciones fueron diferentes. Pero, Millán Astray fue uno de los más entusiastas defensores de la figura del Caudillo y Franco siempre con cariño y respeto a su antiguo jefe, a pesar de sus excentricidades.

¿Fue Francisco Franco un buen militar desde el punto de vista táctico?

Fue un excelente táctico, como lo demostró en las campañas de Marruecos que fue donde actuó a nivel táctico. Todas sus acciones se contabilizaron como éxitos:

– Millán Astray, fundador del Tercio de Extranjeros, ejerció principalmente funciones de organización y administrativas del mismo. Franco fue el que realmente adiestró y empleó tácticamente al Tercio de Extranjero, convirtiéndola en una prestigiosa unidad de combate.

– Posiciones asediadas por el enemigo, que no podían socorrerlas a pesar de cuantiosas bajas propias, Franco las consiguió liberar con muy pocas bajas (evidencia de su pericia táctica): Tifarauín (8/1923), Tizzi Aza (3/1924), Sidi Mesaud (5/1924) y Coba Darsa (9/1924),

– Mando la extrema retaguardia en la retirada a la Línea Estella. Consiguió escabullirse, con todos sus legionarios de Xauen, cercada por el enemigo, sin una sola baja.

– Mandó la vanguardia en el desembarco de Alhucemas.

¿En algún momento quiso derrocar Franco a Miguel Primo de Rivera?

No tengo ninguna noticia sobre el particular. Además, Franco no era partidario de conspiraciones y golpes de estado, como fueron otros destacados militares de su época (Sanjurjo, Queipo de Llano, Batet, su hermano Ramón, etc.).

Las relaciones con Primo de Rivera fueron buenas, a pesar del incidente de Ben Tieb. Prueba es que no tomó medidas disciplinarias contra él, lo que demuestra la altura de miras del dictador que supo reconocer la leal información de un subordinado, y que Primo de Rivera lo ascendió le dio los puestos de máxima responsabilidad en las campañas, como el mando de la vanguardia en el desembarco de Alhucemas, lo ascendió a general y le encargó la organización de la Academia General Militar.

¿Cuál fue el apoyo de Franco a la Segunda República?

La proclamación de la II República como consecuencia de unas elecciones municipales, fue una cosa sobrevenida para Franco, que la aceptó disciplinadamente como hecho consumado.

¿Cómo le afectó el cierre de la Academia Militar de Zaragoza y la reforma militar de Azaña?

Desde el punto de vista personal, fatal. Desde el profesional con disciplina como manifestó en su famoso discurso a los cadetes. Discurso que le supuso una amonestación anotada en la hoja de servicios.

¿Por qué no secundó Franco la Sanjurjada contra el gobierno de la República?

Principalmente porque la situación política y social de España no justificaban una rebelión militar.

¿Cuál fue el papel de Franco durante la Revolución de Asturias de 1934?

Fue elegido para dirigir las operaciones desde el ministerio de la Guerra por su prestigio y pericia militar, con preferencia a otros generales de mayor antigüedad.

La operación militar terminó con éxito, pero no tuvo nada que ver con la represión posterior, porque estaba totalmente fuera de sus competencias como “asesor” del ministro de la Guerra, en Madrid.

Imagen de los revolucionarios de Asturias

¿Por qué dudó tanto durante la conspiración del golpe militar de 1936?

Como he comentado en la Sanjurjada consideraba que la situación política y militar podían ser reconducidas todavía por otros cauces. Era consciente que no se daban las circunstancias para que tuviera éxito y que seguramente desencadenaría una larga guerra civil.

El asesinato de Calvo Sotelo, diputado en cortes y jefe de la oposición, por elementos de seguridad del estado (13 julio 1936), despejó toda duda.

¿De qué manera influyó el episodio del Alcázar de Toledo en el prestigio de Franco y en el devenir de la guerra?

La academia militar del Alcázar de Toledo no tenía inicialmente ningún valor táctico ni estratégico. Era una posición aislada, excéntrica y defendida por un puñado de hombres sin ninguna capacidad ofensiva.

Fue el gobierno del Frente Popular el que le dio un valor estratégico, creyendo que era un objetivo fácil y por comparación subliminal con el Palacio de Invierno de San Petersburgo, defendido por cadetes. La propaganda internacional, las voladuras de minas presenciada directamente por el presidente de la República Largo Caballero, ante gran número de corresponsales y filmadas, se les volvió en contra.

Fue, por tanto, un objetivo estratégico, por su valor psicológico y de prestigio nacional e internacional.

Imagen del Alcázar de Toledo tras el asedio

¿Qué motivos tuvieron los generales africanistas para otorgar a Franco el mando único de los ejércitos?

Todos eran conscientes que la unidad de mando era imprescindible (aunque no suficiente) para ganar la guerra, como un principio fundamental del arte de la guerra.

El bando contrario no lo tuvo tan claro, y fue una de las principales causas de su derrota: inicialmente hicieron por su cuenta el gobierno del Frente popular, los ejércitos catalán y vasco, las milicias anarquistas y comunistas. Posteriormente la guerra civil en Cataluña (mayo 1937) entre comunistas y anarquistas, y al final entre casadistas y comunistas.

¿Se sintió tentado en alguna ocasión de entrar en la Segunda Guerra Mundial a favor del Eje?

El hecho incontrovertible es que España no entró en guerra.

Franco era consciente que ni España ni sus ejércitos, después de la guerra civil, estaban en condiciones de entrar en otra guerra, sobre todo de carácter internacional de la magnitud de este conflicto.

Franco y Hitler en Hendaya
Franco y Hitler en Hendaya, 23 de octubre de 1940

¿Cómo consiguió Franco al apoyo de Estados Unidos tras la condena de la ONU?

Más bien fue al revés.

Consolidado el régimen de Franco y la amenaza de Rusia comunista sobre EEUU y el resto de las naciones occidentales. La situación estratégica de España y su potencial económico y militar la convirtieron en un peón codiciado para la estrategia de contención del comunismo.

¿Tenía Franco una ambición desmedida por el poder o por el contrario prefería mantenerse al margen?

No podemos negarle la honrada ambición de alcanzar los cargos y empleos de mayor responsabilidad.

El empleo de Generalísimo de los ejércitos lo obtuvo por el sistema electivo, dentro del concepto visigótico de la “democracia militar, entre pares.

Una vez ganada la guerra y estabilizada España política y socialmente, debió tener presente el trato injusto y desagradecido que recibió Primo de Rivera, por los que más le debía, cuando éste dimitió, lo debió de persuadir de hacer lo mismo. Hay que reconocer que no iba muy desencaminado.

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