¿Cómo fue el asedio romano de Masada? Desmontando algunos mitos

En el año 44, tras la muerte de Herodes Agripa I, sobrino-nieto de Herodes el Grande, Judea se convirtió definitivamente en una provincia romana. El rechazo de los judíos a la presencia romana en su territorio había sido una constante desde la muerte de Herodes el Grande, en el año 4 a. de C., pero se agudizó tras la muerte de Herodes Agripa I, hasta que en el año 66 estalló una revuelta en Cesárea contra el gobernador romano. Este primer conato fue sofocado, pero el levantamiento llegó hasta Jerusalén, donde el ejército romano fue derrotado. El emperador Nerón envió entonces en el año 67 a su general Vespasiano a combatir a los judíos. Durante los dos siguientes años, Vespasiano fue recuperando Galilea y Samaria hasta llegar a las puertas de Jerusalén. Pero entonces fue nombrado emperador y dejó a su hijo Tito para que concluyese la toma de Jerusalén, lo que este haría, tras un duro sitio, en agosto del 70. Tito regresó a Roma a celebrar su triunfo, pero la guerra contra los judíos no había terminado.

Los últimos sublevados aún resistían en las fortalezas de Herodion, Maqueronte y Masada, siendo ésta la última en caer, ya en el año 73. Para ello, el gobernador de Judea, Lucio Flavio Silva, acudió con una legión, la X Fretensis y varios miles de auxiliares, poniendo sitio a la fortaleza. Masada se encontraba situada en el desierto de Judea, sobre una meseta natural completamente asilada, no lejos del Mar Muerto. Había sido una de las fortalezas levantadas en tiempos de Herodes el Grande, en el límite sur de su reino, donde además de construir un recinto militar, hizo edificar un conjunto palaciego. Los judíos se refugiaron en Masada por considerar el lugar inexpugnable. Pero Lucio Silva, además de colocar los campamentos de sus soldados para organizar el sitio, hizo levantar una muralla que rodeaba la base de la fortaleza, impidiendo la salida de los sitiados, y encargó construir una gran rampa por la que acceder a la parte alta de la ciudad. Tras varias semanas de trabajo, la rampa fue concluida hacia abril del año 73 y los romanos pudieron tomar la ciudad.

El historiador judío Flavio Josefo cuenta que los sitiados, al saberse perdidos, decidieron suicidarse en masa antes que caer prisioneros de los romanos. Sin embargo, hoy hay fuertes dudas sobre este relato y es posible que la mayor parte de los sitiados cayeran ante las armas romanas.

Guion de Alberto Garín.

Foto de portada de Historia Natural Geographic.

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