Me llamo John Ford y hago películas del Oeste

John Ford (1894 – 1973) bautizado como John Martin Feeney. Comenzó su carrera cinematográfica con el nombre de Jack Ford. Fue un actor, director y productor cinematográfico estadounidense, cuatro veces ganador del Premio de la Academia. John Ford tiene el record de Oscar ganados en la categoría de mejor director: cuatro en total.

Con una carrera profesional de más de 50 años, en la que participó en casi todas las facetas del arte cinematográfico antes de dedicarse a la dirección, Ford dirigió más de 140 películas, y está ampliamente considerado uno de los cineastas más importantes e influyentes de su generación. Cineastas como Ingmar Bergman, Clint Eastwood, Akira Kurosawa, Sergio Leone y Orson Welles lo consideraban uno de los grandes directores de cine de todos los tiempos.

Rodó westerns que se convirtieron en bandera del género gracias a clásicos como Stagecoach, The Man Who Shot Liberty Valance, Río Grande, The Searchers, Fort Apache, She wore a yellow ribbon, todos protagonizados por su amigo John Wayne.

«John Ford es, en mi opinión, el mejor director, el más complejo de la historia del cine.» (Eduardo Torres-Dulce)

Ford era un patriota al que muchos sectores de la izquierda han acusado de sectario republicano recalcitrante y de racista. Quizá esta anécdota sirva para desmentirlo. La famosa frase “Me llamo John Ford y hago películas del oeste” la dijo en los años cincuenta, cuando se levantó y tomó la palabra en una asamblea para defender  a  Joseph. L. Mankiewicz (acusado de comunista por el ultraconservador  Cecil B. de Mille) y para denunciar los excesos del Comité de Actividades Antiamericanas,  la caza de brujas  y las listas negras dirigidas por el célebre senador McCarthy. Ford fue de los pocos que junto a Wyler, Bogart, Bacall y Huston firmó un manifiesto denunciando los excesos de la paranoia anticomunista. Las películas de John Ford  siempre defendían los valores del liberalismo constitucional y democrático. El patriotismo está presente en muchas de sus películas, pero no es  un patriotismo ciego y fanático sino  compatible con la crítica a los errores y excesos del sistema.

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